20 Abr 2020

¿Niños o vectores de contagio?

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En esta cápsula, la Dra. Eva Fernández, docente de Enfermería en la EUIT, nos hace una reflexión sobre la denominación de los niños como vectores de contagio del virus de la Covid-19, la más reciente hace pocos días en boca de Salvador Illa, viendo qué repercusiones tiene y cuáles son y serán las posibles consecuencias del confinamiento en la población infantil.

Cuando también estalló la pandemia del SIDA, en 1981, se empezó a hablar de grupos de riesgo, apuntando claramente al colectivo homosexual, fundamentalmente al masculino. Años más tarde, la lucha de los colectivos gays y lesbianos permitieron transformar este concepto por menos discriminatorio de “conductas de riesgo”. Un tipo de conductas que todo el mundo puede tener.

Ahora se ha llevado a cabo un proceso de reificación transformando sujetos, niños y adolescentes, en este caso, en “vectores de transmisión”. Al llevar a cabo este procedimiento se deja de ver las personas en su globalidad y además se les atribuye colectivamente una característica negativa, es decir, se está generando un estigma.

En la toma de decisiones del gobierno del Estado han prevalecido los intereses económicos por encima de las necesidades de las personas.

Hay países que han optado por llevar a cabo un confinamiento severo de la población manteniendo la actividad económica no esencial, otros han llevado a cabo la opción contraria, detener la producción económica preservando las posibilidades que las personas grandes y pequeñas salgan con limitaciones. El Estado español es el país europeo donde las restricciones a las salidas es más radical. Se ha mostrado insensible a las demandas que se han hecho desde diversas instancias, por ejemplo el Síndic de Greuges, ya pidió el 20 de marzo que se procediera a una cierta relajación del confinamiento de los niños.

Por supuesto su opinión no ha sido escuchada ni existen, a pesar de los diversos consejos municipales y de ámbito catalán, mecanismos reales de participación para este colectivo. Aún así el Consejo Nacional de los Niños y Adolescentes de Cataluña hizo público un manifiesto en que se pedía tener presentes las necesidades de movimiento y ejercicio físico de los niños, sobre todo en los primeros años de vida.

No se ha tenido en cuenta las situaciones en que vive recluida una parte importante de la población, sobre todo de los sectores populares, en pisos pequeños, sin terrazas o balcones, en condiciones, a menudo, de hacinamiento.

¿Cuáles serán las consecuencias en los niños? Ya se apuntan consecuencias en la población infantil como la ansiedad, la obesidad o las somatizaciones. Por otra parte las secuelas a medio y largo plazo se tendrán que evaluar. Estos niños a los que se ha dicho que el coronavirus es un monstruo que está en la calle, como saldrán en unas semanas a hacer “vida normal”. Un caso importante es el que representan los niños afectados por trastornos del espectro autista (TEA). En estas situaciones el sufrimiento propio y de las personas de su entorno es muy importante.

Pensamos a través de las metáforas y construimos el mundo basándonos en los significados, los conceptos que utilizamos no son, por tanto, neutros. Considerar los niños como un vector de contagio y no como sujetos, oculta la diversidad de personas y de situaciones e ignora sus necesidades específicas.